Encantado que estés aquí

 Ofrezco terapia individual para adultos. A veces es útil incluir a  otros miembros de la familia en el proceso terapéutico, pero por norma  general no veo a familiares o parejas de pacientes en activo que quieran empezar su propio proceso terapéutico individual.  

Aunque  trabajo con personas con una amplia variedad de síntomas y  problemáticas, me especializo en supervivientes de trauma, como  negligencia infantil, abuso, violencia de género y violencia sexual.  

También  llevo desde el principio de mi vida profesional trabajando en sexología  con actitud abierta y comprensiva, con personas con problemas para  definir su identidad sexual, entender y disfrutar plenamente de su  cuerpo a solas y en compañía. Es un bonito camino de aprendizaje para saber  relacionarnos mejor con esa dimensión humana a veces tan tabú e incomprendida.  

Además, superviso a  otros profesionales de la salud mental con sus casos difíciles y les  enseño a aplicar correctamente la técnica de Integración del Ciclo  Vital. Puedes contactarme si deseas supervisión de casos.

 Como cada persona tiene diferentes objetivos para su terapia, el  proceso de tratamiento será diferente para cada individuo. Adapto las herramientas que utilizo y cómo me aproximo al problema según tus necesidades específicas. En términos generales, se usan las primeras  sesiones para hacer un buen diagnóstico del problema, entender cuál es el origen, y así poder aplicar después un tratamiento acorde para solucionar de raíz lo que está causando malestar en la actualidad. Para eso te pediré en ocasiones que hagas algunos trabajos entre sesiones, como anotar ideas y reflexiones, hacer listados o realizar determinadas acciones.  

Cada circunstancia es única y  todos los problemas son importantes para quien los padece, el tiempo de la terapia para alcanzar tus objetivos puede variar según diversos  factores. Cada cierto tiempo es útil evaluar los progresos alcanzados y  reevaluar los objetivos terapéuticos. Me gusta mucho trabajar con objetivos específicos para que ambos tengamos clara la dirección que llevamos. 

La duración y la frecuencia de las sesiones de terapia pueden variar según tus necesidades y preferencias individuales.  Algunas personas se benefician de sesiones semanales, mientras que otras pueden preferir sesiones quincenales o mensuales, según el momento en el que se encuentren. 

 Escríbeme o llámame para preguntar dudas o cuestiones que quieras aclarar antes de empezar, reserva cita conmigo o directamente a través de la agenda online. Buscaremos un día que ambos tengamos disponibilidad, y te llegará un enlace para conectarte y hacer una  sesión de una hora, generalmente online. Por favor busca un lugar tranquilo, aislado, sin interrupciones y con buena conexión a internet donde puedas tener  intimidad para hablar libremente. Deja tu dispositivo delante de ti para que no tengas que sujetarlo y tengas las manos libres para poder expresarte con naturalidad. Es muy importante que puedas comprometerte a estas condiciones para sacar el máximo provecho de la terapia. 

También es posible hacer sesiones presenciales de manera puntual y esporádica, pero no puedo asegurarte que sean todas las semanas.  

Muchas personas acaban terapia con la sensación de “tenía que haber  empezado antes”, y se dan cuenta de todos los beneficios de la terapia con mejoras en áreas que no habían previsto. 

Es importante que cuando acudas a la primera cita e incluso en cada  sesión, tengas unos objetivos en mente que quieras trabajar, así avanzaremos más rápido. Si tienes dudas acerca de tu vida, sobre ti, repites patrones que te perjudican, sientes un estancamiento, confusión o notas 

síntomas corporales que no creas que se deban exclusivamente a un origen físico, tal vez sea un buen momento para empezar una terapia. Cuanto antes se empiece mejores resultados se ven y  más fácil es trabajar, como mínimo las sesiones sirven para ordenar tus  pensamientos y obtener una mirada objetiva externa centrada  exclusivamente en ti.